La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.

Juan Pablo II

jueves, 14 de agosto de 2014

Ascensión a la cruz de Oroel

Hoy ha sido un gran día... "El día" o "el día D del verano". Nos habíamos propuesto subir a la cruz de Oroel, la cima que corona a Jaca. Lo intentamos la semana anterior pero el desnivel junto a la distancia (6.970 km de subida con un desnivel de 500 metros) nos impedió conseguirlo. Éramos muchos y estábamos sin entrenar.

 Durante toda esta semana hemos ido haciendo rutillas, y nos marcamos esta etapa como la "etapa rey". A nuestra familia le gustan los retos... Qué le vamos a hacer.

 Nos hemos levantado temprano, y a las diez en punto estábamos delante del cartel de salida. Samuel, nada vez ver el camino, ha comenzado a señalarlo y decir "no, no...". El pobre, creo que le hemos dado demasiado tute durante estos días...

 Menos mal que mi marido tuvo un halo de inspiración el otro día, y compró un saco de gominolas en Jaca. Gracias a él, cada cinco curvas (había 33 en total) íbamos sacando una para cada uno. Eso les ha ido animando el trayecto. Samuel lo ha hecho andando, a pesar de que llevábamos una mochila portabebés (para cuando dijera que ya estaba bien). El pobre iba avanzando curva tras curva, con paso lento pero decidido. Mi marido y yo nos mirábamos con cara de incredulidad al ver la increíble hazaña que iba consiguiendo.

 Los demás, como siempre, hecho unos montañeros. Casi me da pena no valorar su esfuerzo, lo hacen parecer tan fácil. Pero lo cierto es que ninguno se ha quejado. Marta parece la "cabra montesinos" del cuento de los Pirineos. La sueltas en la montaña y sube, sube como si nada... Esta niña llegará muy lejos.

 Juanma y Miguel, los primeros: rastreando el camino y parando de cuando en cuando para asegurarse que el resto de la tropa sigue la ruta. Me gusta que hayan tenido la delicadeza de dejar pasar a Samuel el primero cuando sus fuerzas le escaseaban. Así se forja la familia.

 La gente iba quedándose prendada de los críos. Sobre todo, de Samuel. Cada vez que alguien le pasaba le animaba con un "¡Vamos campeón!", al que Sam le respondía con una nueva dosis de fuerzas y tesón. Por fín, la cima. ¡¡La cruz delante nuestra!!

 Y lo más emocionante... su padre le ha dicho a Sam si quería que lo cojiera o llegar andando a la cruz... y su respuesta ha sido breve pero clara: ¿Quieres llegar a la cruz? "Sí".

 Y efectivamente, el equipo familia ha llegado a la cruz. El día de San Maximiliano Kolbe, un día antes de la Asunción de la Virgen. 6.970 km de ascensión que mis hijos han hecho sin rechistar.

 ¡Estoy orgullosa de mi familia! ¡Para no estarlo!

 Ana,

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