La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida.

Juan Pablo II

domingo, 23 de febrero de 2014

Cuidado con lo que pides...


 Hace unos años, nada más constituirnos como familia numerosa con nuestra hija Marta (la tercera) busqué las ayudas a las que teníamos derecho y una llamó mucho la atención a mi marido: en nuestra ciudad, a las familias numerosas de categoría especial (cinco hijos) se les da un bono transporte de 300 viajes gratuitos para el tranvía y el autobús. Mi marido, por aquél entonces, se puso a reír y me dijo: "A que no hay huevos para conseguirlo".

 Me acuerdo que le di un cariñoso manotazo en la espalda diciendo, "sí, sí... pues será con otra, porque conmigo no cuentes."

Orgullosos con nuestros carnets
 Pues bien, el viernes por la tarde, en recuerdo de aquélla anécdota, fuimos todos montados en el tranvía para conseguir nuestro bono transporte. ¡¡¡300 viajes gratuitos para cada miembro!!!

Nos hicieron un carnet individualizado a cada uno y encima luego les regalaron un estuche de ceras para pintar. ¡Todo un acontecimiento!¡Qué orgullos estaban mis hijos!  Exhibían sus carnets como un premio especial y ahora están deseando llevarlos mañana al cole para enseñarlos a la clase.

 En fin, pensando un poco, la verdad es que sí que es un "premio especial" para todos nosotros. Vivir en una familia tan grande supone un esfuerzo . Hay que compartir juguetes, ropa, espacios, tiempo... En nuestra familia mis hijos reciben muchos más "noes" que en una familia "normal" (no puedes ir a piscina porque no te puedo llevar, no te puedo comprar ese juguete porque es mucho gasto, no puedes ver tu programa favorito porque le toca al hermano el suyo...) pero también es cierto que suplen esos "no" con juegos en común (no hay momento de paz en esta casa), conversaciones, complicidades... ¡Cuando uno llora, todos acuden a ver qué le pasa! Y en el cole me consta que cuando ven a uno llorar, los otros se acercan para acompañarle.  Así se que mi hija está perfectamente protegida (como el primo de Zumosol, sólo que en este caso es "el hermano Zumosol").

 Por ello, este carnet supone para ellos una prueba de que son, efectivamente, MUY ESPECIALES. Estoy deseando que llegue mañana al medio día para que me cuenten qué les han dicho sus amigos y las profesoras al enseñarlo.

 Y un agradecimiento especial al Ayuntamiento de nuestra ciudad, que se acuerda de los héroes anónimos, teniendo detalles como estos.

 Un saludo, Ana.

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